No es que no se pueda hacer mejor o que no tengamos dinero. Es una estrategia. Así se hunden los servicios públicos y se alimenta el mito de la superioridad de lo privado.
Los defensores del pueblo, ya saben, esa institución que no sirve para gran cosa y estamos eliminando por la austeridad y por el bien de la democracia, acaban de denunciarlo. Saturar urgencias no supone una excepción, fruto de los atracones navideños y la gripe. Responde a una estrategia. Lo han denunciado con un informe que ha ocupado varios meses de trabajo y muchas horas de visitas y estancia en las urgencias. No se basan en una colección de chascarrillos y anécdotas, como acostumbran a hacer muchos responsables de sanidad para justificar su gestión.