2011-07-25

El copago no es repago: es privatización

Por Ismael Peña-López (fuente: ICTlogy)
El debate sobre el copago, pues, no es un debate sobre presupuestos, costes o responsabilidad, sino un debate sobre si la sanidad tiene que ser pública o tiene que ser privada y en qué proporción.
 Publicado el 22 de Julio de 2011
 
Hace unos meses oí a Luís Garicano decir en una entrevista que el copago era repago. Afirmaba, en la entrevista, que el copago de la sanidad — pagar una pequeña cantidad al ser atendido en la consulta o en urgencias en el sistema de sanidad pública — era como "pagar dos veces por la misma cosa". Viendo el trato que se ha dado al tema del copago en Nada es Gratis atribuyo la afirmación como un desliz dialéctico (el blog es excelente, dicho sea de paso).
No obstante, el tema sale una y otra vez por todas partes. Hoy mismo, por ejemplo, en El uso perverso de las palabras, de Ignacio Escolar.

Mi opinión es que el copago no es repago, el copago no es pagar dos veces la misma cosa, sino que el copago es una privatización (parcial) en toda la regla.

Vayamos primero a por qué el copago no es repago. Salvo estafas mediante, y especialmente en el ámbito de lo público, es materialmente imposible pagar dos veces por la misma cosa. Un bien público — como la Sanidad — se paga una única vez por todos los contribuyentes. A no ser que se incrementen los sueldos de los médicos o se construyan nuevos hospitales, si hay un incremento de la recaudación, el gasto en Sanidad se mantiene constante y el dinero que sobra va a otras partidas. El sueldo del médico no se paga dos veces y la cama no se compra dos veces.

En este sentido, si hacemos pagar 10€ al paciente cada vez que va a la consulta del médico de la Sanidad Pública, esos 10€ van a pagar el coste de esa consulta, mientras que, por la puerta de atrás, se “liberan” 10€ que, como hemos dicho, o bien irán a poner más médicos y más consultas, irán al presupuesto de Defensa, irán a reducir los impuestos, o simplemente irán a reducir el déficit de la Administración.

El copago tiene dos efectos, uno directo y otro indirecto:

El efecto directo es que al paciente le sale más caro el sistema público de sanidad.

El efecto indirecto es que al resto de ciudadanos le sale más barato el sistema público de sanidad, puesto que ahora nos repartimos entre todos el coste total menos esos 10€ por cada consulta, que paga un único ciudadano de su bolsillo, en lugar de costearlo entre todos.
Supongamos el caso límite donde: (a) el sistema de la sanidad pública se basa única y exclusivamente en las consultas médicas; (b) una consulta cuesta 100€ al erario público; y (c) hacemos pagar a cada ciudadano 100€ por cada consulta.

Siguiendo el esquema anterior:

Los pacientes pagan, íntegramente los servicios médicos que disfrutan personalmente. Si no van al médico, no pagan; si van, pagan todo el coste.
Los ciudadanos, como colectivo, no pagan la sanidad (¿pública?) de sus impuestos, dado que todo el coste se repercute al paciente. Si uno no va al médico, no pagará nada por sanidad. Todo el dinero de sus impuestos irá a otras partidas: carreteras, escuelas o subvenciones para los artistas. Pero ni un duro para sanidad.

El copago no es pagar dos veces por lo mismo, sino que todo lo que se paga directamente (no indirectamente a través de los impuestos) va a liberar gasto del presupuesto público que puede destinarse a otros fines (incluido el bajar los impuestos).

Si, en el límite, la situación es que tanto gastas en salud, tanto pagas, eso se llama privatizar la salud. Que los médicos estén en nómina de la Administración o de una clínica privada es absolutamente irrelevante: lo que hace una sanidad o una educación pública no es tanto quien provee el servicio, sino quien soporta el coste. Y si el coste lo paga el paciente y no el contribuyente, la sanidad es privada, porque el dinero sale del consumidor y no del ciudadano.

El debate sobre el copago, pues, no es un debate sobre presupuestos, costes o responsabilidad, sino un debate sobre si la sanidad tiene que ser pública o tiene que ser privada y en qué proporción.

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1 comentario:

  1. Entre los “Dichos populares” en castellano, hay uno que se suele decir, que:

    “ Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar ”

    Y esto es lo que a mi me esta pareciendo, que vamos a tener que hacer nosotros también, dado que poco a poco, estamos leyendo y escuchando ya en demasiado ámbitos, el tema del “copago”.

    Y es mas que curioso el hecho, de que, cuando aun todavía, están tratando de “colarnos” el tema de la concertación de los hospitales, como paso inicial hacia la privatización de la sanidad, ya se haya metido por medio, en plan “globo sonda” el tema del copago , como siguiente paso, según ellos (la casta política) absolutamente imprescindible para hacer viable la continuidad de la Sanidad Publica.

    Lógicamente y desde el poder político y económico, siempre se juega con mucho tiempo a la hora de implantar toda medida antisocial, con el fin de ir preparando el terreno, de formas que cuando deciden imponer las mismas, ya conocen y saben el grado de malestar y en forma de contestación pueden obtener por parte de la ciudadanía.

    Así pues y en un primer momento, se lanza la “filtración” de la noticia, con lo que a continuación ponen a trabajar a pleno rendimiento a sus “perros mediáticos”, (prensa. radio, TV) y de esta manera, van conociendo la incidencia o el impacto que va teniendo la misma, y a partir de su resultado, ya se plantean los plazos por los que a través de los “cauces legales” van a llevar a cabo la nueva agresión.

    Así pues y desde mi punto de vista y tal y como hemos sido capaces de reaccionar con el tema del Ambulatorio y de la Clínica de la Asunción, de forma inmediata y sin esperar mas. incorporaría a nuestra reivindicación, el tema del copago, de forma, que ya y desde un primer momento, la exigencia que desde Tolosaldea esta surgiendo, sea la de:

    POR EL MANTENIMIENTO Y MEJORA DEL AMBULATORIO ACTUAL

    POR UN HOSPITAL PUBLICO COMARCAL

    NO AL COPAGO

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